jueves, 30 de octubre de 2008

Ganó CENTRAL y se prepara para el clásico.

Con un importante triunfo como local, Rosario Central, se impuso a su visita Gimnasia y Esgrima de Jujuy por tres tanto contra cero, ante un rival directo en el promedio por mantener la categoría.
Central, se dio la inyección que necesitaba para llegar de pie al clásico del domingo ante Newell’s. Consiguió una victoria que le sirve para oxigenar la autoestima, templar los ánimos y recuperar la credibilidad de la gente en el momento más oportuno.
Central también encontró respuestas para algunos problemas que amenazaban con ser crónicos. El principal mérito, estuvo en que resolvió a su favor un partido que tranquilamente lo podría haber hecho rodar barranca abajo. Gimnasia y Esgrima de Jujuy, manejó la pelota en largos pasajes, aunque siempre lo hizo pidiendo permiso. Central lo golpeó en los momentos justos y lo terminó demoliendo por el peso de sus jugadores que descollaron en forma regular durante el transcurso del partido, principalmente en el segundo tiempo.


El gol de Gervasio Núñez, llegó cuando la impaciencia de la gente empezaba a jugar el verdadero partido de Central. No había decisión para atacar con convencimiento y tampoco para leer con tranquilidad el mapa del trámite. En esto mucho tuvo que ver la poca participación del Kily. Encima, Paglialunga, no se mostraba para ser el eje en la zona de gestación de las jugadas. Cuando "Yacaré" Núñez, recogió el rebote de Pezzutti y anotó la apertura; allí comenzo a tejerse con mayor calaridad en el manejo del balón.
Con hombría, se bancó la exigencia que bajada de las tribunas. Alfaro, entendió que el ataque necesitaba de otro empuje y ubicó a Franzoia por Zelaya, a quien cuidó para el clásico. La apuesta, sembró réditos porque el ex delantero de Huracán, entró bien en el partido, convirtió el primer gol con la camiseta canalla y fue el auxilio, cuando el Kily producto del cansancio, se ubicó por isquierda.
Central fue oportunista y golpeó en los momentos justos. Tomó aire, se nutrió de confianza para abandonar la última posición en la tabla y afrontar el partido contra Newell's sin los magullones conocidos. La gente también ató cabos y despidió a los jugadores con un coro de aplausos. Toda una señal de pulgar arriba para jugar el clásico. Una melodía que aprobó la redención futbolística.

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