viernes, 17 de octubre de 2008

Literatura nacional, por Francisco Rucci


En 1837, año que se podría considerar como el comienzo de una etapa revolucionaria en el ámbito intelectual de la Argentina, Esteban Echeverría publica La Cautiva, obra que significó darle ciudadanía a la patria en el mundo del arte. La necesidad de crear una literatura argentina motivó a los intelectuales de la época a fundar y consolidar un estilo nacional. Por eso 1837 puede considerarse como un año fundamental para el proceso que se pretenderá para las siguientes épocas. La Generación del 37 o la Joven Generación Argentina vienen a ser instituciones nacidas en este momento histórico e inspiradas en el pensamiento de los grandes intelectuales europeos de la época.
La construcción de la identidad cultural propia fue un tema de controversias continuas entre los grandes pensadores argentinos. Aquí la ciudad y la cultura se edificaron sobre la nada, sobre una pampa recorrida por tribus salvajes y duras. Casi todo nos llegó de Europa: desde el lenguaje y la religión hasta la mayor parte de la sangre de los habitantes. Nuestra cultura proviene de Europa y no podemos evitarlo. Y a partir de allí, lo que hagamos de original lo haremos con esa herencia, que nos marcará e identificará.
Pero el punto a destacar que de esas herencias hemos recibido un premio hermoso, que es nuestra lengua, el español. Pese a que le duela a Sarmiento y unos cuantos amigos suyos de su elitista generación haber heredado este idioma, desde la más diminuta alegría festejo esta herencia.
A mediados del siglo XIX, Juan Bautista Alberdi diría: “El idioma inglés, como idioma de la libertad, de la industria y del orden, debe ser aun más obligatorio que el latín; no debiera darse diploma ni título universitario al joven que no lo hable y escriba. ¿Cómo recibir el ejemplo y la acción civilizadora de la raza anglosajona sin la posesión general de su lengua? Cualquier idioma que no sea el inglés o el francés era bárbaro.
Facundo, civilización o barbarie de Sarmiento es un canto a los buenos modales europeos, pero por desgracia para él y dejando de lado todo tipo de atrocidades perpetradas, los conquistadores fueron españoles, y no heredamos el francés como a él hubiese gustado.
Sin embargo, fueron ellos; Sarmiento, Echeverría y Alberdi, entre otros quienes fundaron nuestra literatura. Y lo hicieron en español, castellano, como guste. Esta es nuestra herencia, la de Europa y la de nuestros primeros escritores. Pero si hay algo que a un periodista regocija, es saber que las primeras letras argentinas fueron en mano de periodistas. El nacimiento de la literatura nacional (caso de La Cautiva) es fruto del deseo de comenzar a separarse de una escritura destina a ideologías, de la cual era partidario el periodismo.
Por lo tanto, para la próxima entrega, ofreceré un tímido recorrido por los comienzos del periodismo como hacedor de las primeras letras argentinas.

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